He de confesar que, siendo más joven de lo que soy ahora, el Poema XV de Neruda me encantaba. Sin embargo, con el pasar del tiempo, la constante repetición de «me gustas cuando callas» comenzó a hacerme ruido. Un ruido que, al pasar los años, no he podido silenciar.
A mí no me gusta cuando calla.
Es por eso que hoy me tomo el atrevimiento, con permiso imaginario de mi colega Pablo, de hacer mi propia versión del poema. Una versión más acorde a la realidad del siglo XXI.
Poema (del siglo) XXI
Me asusta cuando callas porque estás como ausente,
te acosan desde lejos y hay una mano que te toca.
Parece que con los ojos te hubieran violado
y parece que un puño te cerrara la boca.
Como si fueras una cosa, te tratan en la cama
y apareces en una bolsa con la piel fría.
La mariposa ha muerto, pero nadie pierde la calma:
en los medios la tristeza dura dos días.
Me gustas cuando no callas aunque sea frustrante.
Y estás como quejándote, llena de orgullo.
Y los ves desde lejos y sus manos no te alcanzan.
Déjame que acompañe ese grito tuyo.
Déjame que te hable también con estos versos
claros como una lámpara, directos como un cuchillo:
temes en la noche ser callada y abusada.
Tu silencio lo desea el macho. Femicidio.
Me duele cuando te callan porque estás como ausente,
distante y dolorosa como si ya hubieras muerto.
Un grito, entonces, y todas se levantan.
Y estoy triste, triste por haber llegado a esto.
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Luciano Rodríguez, escritor. 